Jun 29 (Reuters) - Honduras acaparó la atención por su peor crisis política en décadas, y quedó aislado internacionalmente luego de que el Ejército derrocara al presidente izquierdista Manuel Zelaya y el congreso designara a su líder, Roberto Micheletti, como mandatario interino.
El golpe de la madrugada del domingo sucedió después de que Zelaya desafiara a la Suprema Corte y al Ejército al insistir en realizar una consulta pública con miras a modificar la constitución y permitir la reelección presidencial. A continuación algunos posibles escenarios de la situación:
MICHELETTI PERMANECE EN EL CARGO Y COMPLETA EL PERIODO
Los partidarios de Micheletti, desde políticos y la élite empresarial hasta el Ejército y la Suprema Corte, pretenden que mantenga el cargo por lo que resta del período, incluyendo los comicios presidenciales del 29 de noviembre y que finalmente lo entregue el 27 de enero al nuevo mandatario.
Este podría ser el escenario más viable, dadas las limitadas protestas en las calles por el golpe de Estado, y la aparente posición por parte de Estados Unidos y de otros países de no tomar medidas fuertes contra Honduras, como sanciones y recortes de ayuda.
En sondeos recientes, la popularidad de Zelaya había tocado niveles tan bajos como hasta sólo el 30 por ciento, debido al disgusto de muchos pobladores por su acercamiento con el presidente venezolano Hugo Chávez. Las protestas por el golpe de Estado en su contra sólo han reunido a unos cuantos miles de personas.
Es poco probable que la comunidad internacional aplique sanciones que sólo lastimarían más a los hondureños pobres que la élite política.
Para los organismos internacionales sería más fácil demandar la renuncia de Micheletti si éste fuera un general, pero el veterano político tiene a su favor pertenecer al mismo partido político que Zelaya y que fue designado por voto unánime el domingo en el Congreso.
De mantenerse en el cargo, Micheletti podría regresar a Honduras a una postura más moderada, luego del rumbo de centro-izquierda que tomó en los últimos meses.
HONDURAS CEDE A PRESION INTERNACIONAL Y REINSTALA A ZELAYA
El golpe militar dejó aislado a Honduras y la condena internacional por la operación ha sido dura, desde Chávez y otros gobiernos de izquierda hasta Estados Unidos, la Unión Europea y los organismos internacionales.
Los tribunales hondureños y el Ejército estarán reacios a retractarse pero existe una pequeña posibilidad de que la intensa y prolongada presión internacional los obligue a hacerlo.
Hasta el momento, ningún gobierno extranjero ha manifestado que reconocerá a Micheletti como presidente, y la Organización de Estados Americanos (OEA) está exigiendo la inmediata e incondicional reinstalación de Zelaya.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien está siendo puesto a prueba con su primera crisis de peso en una región en la que históricamente Washington ha intervenido bastante, ha fijado la meta de restablecer el orden diplomático en Honduras, pero también dijo que la situación debe resolverse pacíficamente y sin interferencia del exterior.
El hecho de que muchos políticos compañeros de Zelaya en el Partido Liberal le hayan dado la espalda en las últimas semanas, oponiéndose a su campaña por modificar la constitución, juega contra sus posibilidades de retomar el cargo.
Además, la reinstalación de Zelaya no resolvería los problemas políticos del país, y quizás se requeriría adelantar la elección.
IZQUIERDA MODERADA IMPULSA UNA ELECCION ADELANTADA
El mandato de Zelaya finalizaba en enero del 2010, por lo que otra posibilidad es que líderes de la izquierda moderada de Latinoamérica como el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y la mandataria chilena Michelle Bachelet, interceden para promover una elección presidencial anticipada como solución al conflicto.
De anticiparse los comicios, es probable que los partidos presenten a los aspirantes que ya estaban en mente para la elección de noviembre: Elvin Santos por parte del partido gobernante y Porfirio Lobo por el opositor Partido Nacional.
Honduras ha sido un viejo aliado de Estados Unidos, y a Washington podría agradarle más la idea de una solución en manos de un izquierdista moderado que la del regreso de Zelaya y que éste siga con su inclinación hacia la izquierda de Chávez.
LA TENSION CRECE, DERIVA EN VIOLENCIA, CHAVEZ APOYA
Los manifestantes pro Zelaya en Honduras tienen poder limitado, pero el respaldo de Chávez podría proveerles fuerza para impulsar inestabilidad social más seria. Chávez ha dicho que el golpe de Estado debe ser combatido por los propios hondureños, pero con apoyo venezolano.
Los manifestantes, algunos enmascarados y empuñando barras de metal, han incendiado neumáticos, sellado los accesos a la casa presidencial con barricadas.
Hasta ahora, las fuerzas sólo han disparado gas lacrimógeno contra los manifestantes, pero están fuertemente armadas y una acción simple como un manifestante irrumpiendo en el palacio de gobierno podría detonar un choque violento.
La tensión va en aumento, con muchos seguidores de Zelaya quedándose en casa, atemorizados por la violencia. Tanques y helicópteros del Ejército se encuentran en los lugares de las protestas, y algunas tiendas han reportado compras de pánico.
Los activistas de derechos humanos han manifestado su preocupación por los aparentes bloqueos a los medios pro Zelaya, así como por los cortes de energía eléctrica y los toques de queda que reprimen las manifestaciones en las calles.
En un nivel mayor, Chávez puso en alerta a sus tropas, y tendría una base en su aliado Nicaragua si decide lanzar un ataque hacia Honduras.
Líderes izquierdistas Latinoamericanos se reunieron en Managua, la capital nicaragüense, para tratar el tema del golpe de Estado, y entre discursos retóricos sugirieron que no se rendirán si pelear.
(Editado por Patricia Avila)
REUTERS ACT PAD/
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