jueves, 14 de mayo de 2009

Ecuador: Juan García Salazar, historiador, "obrero de los procesos"



El jueves 28 de septiembre (del 2008) en el marco de la celebración de los 400 años de fundación de la ciudad de Ibarra y por el Día Nacional de Negro, la Federación de comunidades y organizaciones de Imbabura y Carchi (FECONIC), llevó acabo el Lanzamiento oficial del Módulo de Etnoeducación “Nuestra Historia, al acto asistieron miembros de las comunidades de Imbabura, Carchi, Pichincha, Esmeraldas, San Lorenzo.

En un gesto muy emotivo, la Comisión de Etnoeducación de la FECONIC, dedicó este módulo al Historiador Juan García Salazar designado como el “Obrero de los Proceso”, por su trabajo incansable, que desde hace más de 30 años viene realizando, para rescatar la memoria histórica de nuestro pueblo.

Palabras de Historiador Juan García Salazar, Obrero de los Procesos.

Se me pidió venir y ahora que veo el auditorio, se que se me pidió venir, sin méritos suficientes, como no sea el de ser un iniciado en el encargo de los ancestros, de ser aspirante a guardián de la palabra, a guardián de la memoria de los mayores. Agradezco de todo corazón esta deferencia especial a los que me invitaron, que muestra que ustedes todavía y ojala así sea sigan anclados a los mandatos ancestrales de respetar a los mayores.

Mi madre al igual que muchas madre pobres del Ecuador, haciendo un gran esfuerzo me mandó a la escuela y quien de ustedes no conoce el esfuerzo que hacen las madres pobres para mandar a sus hijos a las escuelas, seguros que muchos y muchas. Mi encuentro con la escuela fue un encuentro muy hermoso, porque descubrí en a escuela la palabra escrita y por el encuentro con el mundo maravilloso de la cultura de los otros, que también es un mundo hermoso.

Pero mi experiencia con la escuela también tiene connotaciones tristes, que yo prefiero llamarlas desencuentros, mi encuentro con la palabra escrita, como yo prefiero llamarla encuentro del ser con la escuela, también fue el desencuentro con mi propio ser y con el sentimiento de pertenencia a lo propio que estaba dentro de mi.

La escuela me enseñó y no siempre con amor, a veces con dolor sobre personajes indios, y entonces conocí la magnitud y la fuerza de Rumiñahui, de Huascar de Atahualpa, conocí las organizaciones sociales y políticas del Tahuantinsuyo, del Reino de Quito y otras cosas grandes y hermosas que los indios habían construido.

Conocí sobre sus propios seres y quise ser como ellos siendo yo pequeño niño negro. La escuela también me enseñó sobre los blancos, entonces conocí a esos seres bizarros venidos del otro lado del mar como Pizarro como Almagro y s algunos de ellos como los llamamos descubridores de las tierras de América y quise ser como ellos, aguerridos con espadas y con cruz al hombro y representando a la corona yo siendo pequeño niños negro.

Y entonces también la escuela me maravillo cuando me enseñó sobre los mestizos producto de estas dos sangres, de la sangre indígena y de la sangre venida del otro lado del mar y admiré a los mestizos, a Sucre a Bolívar a Cañizares, a los escritores a Olmedo a todos ellos, y los admiré yo pequeño niño negro.

Todos ellos eran para mi modelo y ejemplo para seguir, pero nunca en mi caminar de la escuela me encontré con la imagen de los mío de las mías, de los negros y las negras, ese es mi primer desencuentro con la escuela. Así descubrí entonces que el don de la palabra escrita no era suficiente para mostrarme el camino para el encuentro con mi propio ser y menos era el camino para mostrarme un modelo que yo pudiera seguir, siendo yo pequeño niño negro.

Entonces recordé la palabra de mi abuelo hombre iletrado, hombre sin escuela que me había dicho ya que las escuelas que la sociedad dominante pone en nuestras comunidades, son instrumento para imponer lo ajeno, es para eso mijo que ponen las escuelas me había dicho, y entonces entendí siendo yo pequeño niño negro.

Un niño negro se puede pasar me decía mi abuela toda la vida aprendiendo en las escuelas, pero nunca aprenderá ni un poquito sobre su ser negro, esto lo decía mi abuela negra iletrada.

Desde entonces tomé la decisión de cumplir las tareas de la escuela, pero como una manera de tener un reconocimiento de los que tienen el poder y de los que pueden dar un título de que ya hemos aprendido lo que necesitamos aprender para ser, para aportar a la construcción de la Patria, pero decidí que las cosas del alma solo las aprendería de los míos, y mejor si los míos eran iletrados.

En la escuela descubrí que la historia oficial, teniendo tantas letras y tanto conocimiento, no podía enseñarme aquello que yo, ser negro necesitaba, no podía la escuela con tantos libros y saberes, darme lo que mi propio ser buscaba para crear y recrear con orgullo mi ser de origen africano, eso descubrí siendo yo pequeño niño negro.

Mi regreso a la casa de la memoria fue entonces la única salida porque en la casa de la memoria estaban las personas que me enseñarían a ser lo que yo necesitaba ser y lo que tenía que ser, entonces cuando regresé a la casa de la memoria mi abuelo un poco triste porque no había progresado o no había triunfado en la ciudad me dijo, el cura me bautizó Senón, ese nombre me puso pero fue mi Mama Carmen, la molendera la que me dijo de donde vengo, fue ella la que me enseñó el camino por donde tengo que ir al encuentro con mi propio ser, de mi ser negro, buscá en ellos, mirá en ellos me dijo.

Desde entonces. Cada vez que tengo necesidad de saber sobre mi ser, yo camino hasta la casa de la memoria, y les pregunto quien soy, y los ancianos y las ancianas, me lo dicen con claridad: eres un negro y busca dentro de ti lo que tienes que ser, y eso hago cada día.

Cada vez que tengo necesidad de posicionar mi ser para los diálogos con los distintos, para la conversación con los diferentes, camino a la casa de la memoria y la voz de los ancestros me dicen, como tengo que contestar, como tengo que responder cuando el distinto me dice que soy distinto y la casa de la memoria me lo dice, porque la casa de la memoria es la casa de la sangre es la casa de los ancestros, la casa de la memoria es el referente concreto que tenemos para buscar los orígenes del ser, especialmente el del ser negro.

Hoy me alegra saber que un grupo de personas de origen africano, se toman el tiempo para regresar a la casa de la memoria, al espíritu de los ancestros, y proponer un diálogo con distinto con los otros, y digo que me alegra porque la memoria de los mayores tienen mucha enseñanza para los diálogos, que este Ecuador requiere construir de manera urgente para enfrentar los diálogos de este nuevo tiempo.

Y un poco pensando en Enrique amigo, quiero decir para la construcción de la nueva Patria, necesitamos los afroecuatorianos, poner nuestro grano de arena en la construcción de esta nueva Patria, y creo que este módulo entendido como una herramienta para los diálogos interculturales, sobre todo para fortalecer el espíritu de los seres más débiles, es una buena herramienta para los diálogos interculturales, porque cómo dialogamos los que tienen mucha palabra y mucho saber, como dialogamos con aquellos que hemos perdido la capacidad de decir lo que somos, como dialogamos con aquellos que han pasado 500 años diciendo lo que tienen que decir, como aquellos que hemos callado 500 años decimos lo que tenemos que decir si la palabra no viene de los ancestros, no viene de la memoria, no viene de nosotros mismos, sangre adentro, corazón adentro, negra y negro adentro, como dialogamos con los aprendizajes superficiales, con el saber de los otros, no hermanos y hermanas el saber hay que ir a buscarlo en la casa de la memoria.

Alguna vez una anciana me dijo algo y se los he traído como un presente ella me dijo algo así: los grandes o los que se creen grandes se pueden alejar de nosotros, pueden caminar tanto como quieran en su proceso económico, en sus autos en sus casas, en sus dineros pero jamás podrán irse del todo, porque negros, indios, blancos, y el producto de ellos venimos amarrados con el nudo desamarrable de la sangre, y la sangre algún día mostrará cuan amarrados estamos, indios, negros, blancos y mestizos en este país.

Nadie puede alejarse del otro sin tener que algún día por la solidaridad regresar, y recogerlo a aquel que se va quedando, yo creo que los movimientos indígenas en este país nos están dando una lección de algo así, el Ecuador no pudo pensar en irse sin ellos y tal vez debió regresar para decirle hermanos vamos, con los afros tiene que hacer los mismo, no pueden dejarnos tiene que regresar y decir hermano camina vamos, estamos esperando.

Una propuesta para la etnoeducación es una propuesta para la suma de voluntades, sin la suma de las voluntades, entendernos, conocernos y apoyarnos en la construcción de proyectos locales en proyectos de entendimiento, no podemos ir, la propuesta que los hermanos de esta región del país nos presenta es una propuesta para en entendimiento y los diálogos por eso requiere nuestra atención y nuestro aplauso, y por eso requieres que la recibamos en el corazón ahí donde circula y recircula la sangre que tenemos todos de indios de negros de blancos.

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