sábado, 20 de agosto de 2011

El hambre amenaza con tomar más vidas: Cuerno de África. Más Ayuda igual a Menos Hambre


CUERNO DE ÁFRICA
.- Mientras la campaña Más ayuda igual a Menos Hambre empieza a obtener sus primeros donativos, niñas y niños menores de cinco años están más vulnerables si no reciben el apoyo necesario.

“No tengo suficiente comida y lo poco que consigo no es suficiente”, dice Deriko Nyekora, de 31 años, quien arrulla a su hijo de cinco meses en sus brazos, mientras le da de comer un paquete de alimento terapéutico llamado Plumpy Nut. El niño está débil y llora mientras come; además no puede caminar y sus grandes ojos lo observan todo desde una cara demasiado delgada para su tamaño. El dolor es algo demasiado familiar para Deriko — quien hace algunos años vio morir a su primer bebé a causa del hambre, cuando tenía tan solo 15 meses de edad, la misma edad que hoy tiene Emuria.

“Yo estaba triste, estaba muy triste,” dice Deriko. Su hija Ekal de 5 años, también padece desnutrición. La niña camina lentamente sobre sus delgadas piernas o duerme sobre el regazo de su madre, mientras lloriquea al despertar.

Hoy en día, Deriko y sus hijos se unen a una larga fila de mujeres con brillantes faldas adornadas, que se sientan bajo el sol abrasador al abrigo de un pórtico de concreto abarrotado. Las mujeres llevan a sus bebés alzados sobre sus espaldas, mientras sus otros hijos con rostros sombríos se aferran a sus piernas. El pórtico pertenece a una desértica clínica médica, la cual fue construida en su mayor parte por una iglesia Católica, pero que luego fue abandonada sin terminar en el sur de Turkana, una franja de territorio estéril que parece haber sido olvidada por el resto de Kenia.

Muchas de las familias en Turkana lo han perdido todo a causa de la enfermedad o los ladrones de ganado — quienes roban todas sus cabras, burros, vacas o camellos. La tierra en este territorio es normalmente demasiado seca para la agricultura y actualmente sufre la peor sequía en 10 años, junto al resto de la región del Cuerno de África. Toda esperanza de poder cultivar maíz u otros cultivos ha muerto para la mayoría de las familias de Turkana, lo cual los ha dejado abandonados en la miseria y la desesperación por encontrar otras formas para alimentar a sus hijos.

El pórtico en el que Deriko espera con sus hijos, es un área del programa de desnutrición y distribución de Visión Mundial. Las mujeres esperan en esta larga fila para recibir suministros que les ayuden a recuperar a sus hijos que se encuentran al borde de la desnutrición. Estas son familias que Visión Mundial ha identificado como extremadamente vulnerables, las cuales muestran signos moderados o severos de desnutrición. Las enfermeras y nutricionistas diagnostican a los niños y las niñas, para determinar su nivel de desnutrición, y las madres luego reciben una asignación especial de alimentos ricos en calorías, como una mezcla de maíz con harina de soya, aceite y otros alimentos terapéuticos listos para usar, como el Plumpy Nut.

El pequeño Emuria ha estado en el programa de desnutrición desde mayo del 2010, cuando él tenía solo 6 meses de edad, pero la cobertura ha sido intermitente, ya que el programa depende de fondos especiales que muchas veces suelen ser inconstantes. La última vez que Emuria recibió una ración de Plumpy Nut o de cualquier otro tratamiento para la desnutrición fue en septiembre. Hoy, siete meses después, el programa ha iniciado otra vez, pero la salud de Emuria ha empeorado.

“Cuando yo estuve en el programa, su salud no estaba en tan malas condiciones como ahora,” dice Deriko. “El se hacía más fuerte cada vez que comía Plumpy Nut. Cada vez que el no recibe su ración, su salud empeora.” Emuria tose frecuentemente y toma respiraciones rápidas superficiales que exageran los contornos de su caja torácica y clavícula.

“El está enfermo,” dice Deriko. “Tiene problemas en el pecho.” Duerme a ratos en el regazo de su madre y llora cada vez que se despierta. “Tal vez su enfermedad se deba a la falta de alimento,” dice Deriko.

Esta es una causa probable, debido a que es imposible que el cuerpo de Emuria sane si no obtiene los nutrientes necesarios. Con 15 meses, todavía se encuentra demasiado débil como para caminar. Deriko lo ha llevado a varias clínicas y el niño ha estado tomando medicamentos desde noviembre. En el hospital del distrito lo diagnosticaron con neumonía y Deriko cuenta que algunas veces presenta sangre en la diarrea.

Con un niño tan pequeño, Deriko debería estar aún amamantando, pero su falta de nutrientes ha afectado también a su hijo. “Yo no tengo suficiente leche en mis pechos porque no como bien,” comenta. “Los animales de los que dependía fueron robados por ladrones.”

El primer marido de Deriko fue asesinado durante un robo de ganado hace unos siete años y luego ella perdió a su primer hijo por el hambre. Al quedarse sin nada, volvió a casarse como una “estrategia de supervivencia,” cuenta Deriko. Aún estaba joven y pensó que no sería difícil encontrar otro marido, así que se casó y tuvo dos hijos más, Ekal y Emuria. Ella esperaba que su nuevo esposo los cuidara aún cuando el ya tenía otra familia que mantener, lo cual es un escenario común en Turkana. Pero aún cuando ella es su esposa, el no se hace cargo y Deriko debe valerse por sí misma y por sus hijos, si quiere sobrevivir.

“Estoy muy enojada,” dice. “Estoy muy amargada. Yo pensé que el estar con él podría resolver algunos de los problemas que enfrento. Cada vez que veo a mis hijos sufrir, lo culpo a él.”

Si ella aun tuviera su Ganado, podría vender un animal y conseguir dinero para comprar alimentos. En su condición, ella debe pedir comida prestada de sus familiares para poder sobrevivir. Ella y sus hijos se alimentan principalmente de carbohidratos, como harina de maíz llamada ugali, y desde la pérdida de sus animales, su alimentación ha tenido una gran deficiencia de proteínas. Por ahora, ellos no son parte de la distribución general de alimentos de Visión Mundial, pero ella y su familia serán incluidas en el siguiente ciclo de distribuciones.

Deriko espera que su vida pueda mejorar ahora que ella y sus hijos forman parte del programa de desnutrición de Visión Mundial. Hoy Deriko le da lentamente su primera ronda de paquetes Plumpy Nut a Emuria, quien se la come con satisfacción, a pesar de su debilidad. Ya ella tiene la ración de una semana de estos paquetes para llevar a su casa, planea traerlo nuevamente la próxima semana para una revisión y planea hacer lo mismo cada semana durante por lo menos dos meses, para que el personal y los voluntarios de Visión Mundial puedan monitorear su progreso.

Emuria no solo recibirá raciones regulares de Plumpy Nut para hacerle frente al hambre, sino que también recibirá antibióticos que le ayudarán a su debilitado sistema inmunológico a eliminar la bacteria y a combatir la enfermedad, recibirá tratamiento en contra de las lombrices y se beneficiará de una serie de tratamientos médicos básicos. El Plan de Visión Mundial para el Manejo Comunitario de la Desnutrición Crónica (CMAM, Community Management of Acute Malnutrition) busca tratar no solo la desnutrición, sino además las enfermedades a las cuales son más propensos los niños y las niñas debido a la misma. Estas enfermedades incluyen la malaria, la sarna y la diarrea, entre otras. Los tratamientos médicos de Visión Mundial incluyen la amoxicilina, las sales de rehidratación y la Vitamina A, entre otros suplementos y medicinas esenciales que le ayudan a los niños a sobrevivir y a crecer fuertes.

Deriko espera que el apoyo continuo del programa le ayudará para que sus dos hijos puedan crecer saludables y especialmente a que su hijo Emuria pueda mejorar su salud. “Yo oro constantemente,” dice Deriko. “Oro y le pido al Señor que me de Buena salud para proteger a mis hijos, que nos dé suficiente alimento y que nos siga proveyendo nuestro pan de cada día.”

A causa de la crisis alimentaria y el hambre, 3,6 millones de personas - en su mayoría niños– aumenta su necesidad y se agrava su situación en el Cuerno de África. Visión Mundial está aumentando su capacidad de respuesta de los equipos nacionales en trabajo de campo en Etiopía, Somalia, Kenia y Tanzania.

Como era de esperar, la crisis está empeorando día a día, y es muy complejo y urgente. Informes de la ONU y los medios de comunicación apuntan a una hambruna que se extiende por la totalidad del sur de Somalia. Se prevé que las condiciones de hambruna se mantendrán hasta el final de este año. En total, alrededor 12,4 millones de personas se enfrentan actualmente a un ataque combinado de la sequía, el hambre, el desplazamiento y la violencia armada.

La ONU informa que 640.000 niños somalíes sufren de desnutrición aguda, mientras que 3,2 millones de somalíes, de una población de aproximadamente 7,5 millones se encuentran en necesidad inmediata de asistencia para salvar su vida.

Únete! a la campaña Más ayuda igual a Menos Hambre. Se parte de la ayuda en el cuerno de África”. Las personas pueden donar desde 20 pesos en la cuenta colocada en la página www.visionmundial.org.mx con el lema ¡Ayudemos a salvar vidas, Dona Ya! O visita http://masayudamenoshambre.blogspot.com/
www.facebook.com/visionmundialmx

Como parte de su misión, Visión Mundial de México pone a su disposición información de las zonas en que tiene presencia, así como contacto directo con el personal que labora en estas regiones con la única petición de mencionar la fuente. Visión Mundial de México es parte de la Confraternidad Internacional de World Vision, organización fundada en 1950 y que actualmente tiene presencia en cerca de 100 países en tres líneas básicas: Desarrollo transformador; Promoción de la Justicia y; Prevención, emergencia y rehabilitación para responder ante desastres y conflictos en las regiones que así lo requieran, independientemente de la religión, raza, grupo étnico o género. Lo anterior es lo que justifica nuestra presencia en países como Indonesia, Irak, Liberia, Chad entre otros.



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