El presidente palestino, Mahmud Abbas, y el líder de Hamás, Jaled Meshaal, han sellado este miércoles en El Cairo un acuerdo de reconciliación que pone fin a "cuatro años oscuros" en los que Cisjordania y la Franja de Gaza han estado separadas, no sólo físicamente, sino también a nivel político, y lo han hecho con vistas la próxima declaración de un Estado palestino independiente.
"Tras cuatro años oscuros que han provocado graves daños a nuestros intereses nacionales, nos reunimos para subrayar, como un solo pueblo y con una sola voz, el fin de la división, y para unir al país, al pueblo y las instituciones", ha aseverado Abbas durante su intervención en la ceremonia celebrada en El Cairo en presencia de los líderes de todas las facciones palestinas.
Abbas ha subrayado que aunque su intención es acudir en septiembre a la Asamblea General de la ONU para pedir el reconocimiento del Estado palestino, si Israel mantiene su política de "chantaje" podría hacerlo antes de esa fecha.
"Si el chantaje continúa, podría ser en mayo o en junio, y no en septiembre", ha señalado, según recoge la agencia oficial palestina WAFA, subrayando que los palestinos no aceptan el chantaje. El presidente palestino se refería a la decisión de Israel de congelar la entrega de los impuestos que recauda en nombre de la Autoridad Palestina tras anunciarse la semana pasada el acuerdo de reconciliación entre Hamás y Al Fatá.
Abbas ha lamentado que Israel dijera antes que no podía alcanzar la paz si los palestinos seguían divididos y ahora que se han reconciliado diga que tampoco es posible. "Escuchamos gritos y amenazas por parte de las autoridades israelíes", ha señalado al respecto el presidente palestino, asegurando que "no hemos pedido y no pediremos a nadie permiso para un asunto interno palestino".
"No hemos violado la legislación israelí, no hemos atacado a nadie, y sin embargo seguimos siendo castigados porque queremos reunificarnos", ha subrayado, conminando al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a que elija entre "la paz y los asentamientos", después de que éste hubiera advertido a Abbas de que debía elegir entre la "paz y la reconciliación".
NO A SOLUCIONES PARCIALES
Por otra parte, el líder de Al Fatá ha advertido a Israel de que los palestinos no aceptarán "soluciones parciales o interinas, particularmente un estado provisional con fronteras temporales". Pero, para tranquilizar a los israelíes, ha señalado que está en contra "del terrorismo en todas sus formas" y que en los territorios palestinos solo habrá unas fuerzas de seguridad con "una autoridad política".
En cuanto al acuerdo propiamente dicho, Abbas ha señalado que el nuevo gobierno de unidad "verá la luz pronto" y ha confirmado que las elecciones, tanto parlamentarias como presidenciales, se celebrarán "en el plazo de un año", aunque ha reconocido que por él se podrían haber celebrado en un plazo de tres o seis meses.
No obstante, ha admitido que "la misión no ha terminado aún, está empezando". "Muchos no quieren que triunfemos y quieren que sigamos divididos, pero tenemos que continuar en esta senda hasta el final", ha alertado, admitiendo que aunque habrá "dificultades y diferencias, somos capaces de superarlas".
HAMÁS QUIERE LA UNIDAD "A CUALQUIER PRECIO"
Por su parte, Meshaal ha coincidido con Abbas en que la "página negra de la división ha quedado atrás" y ha asegurado que Hamás está dispuesto a "pagar cualquier precio para lograr la unidad y para traducir en hechos los términos del acuerdo".
El líder del movimiento islamista ha señalado que su deseo es que los palestinos puedan centrarse por fin en el "proyecto nacional". "Queremos una dirección, una referencia, una autoridad y una institucional. Somos un pueblo con una sola causa", ha subrayado, citado por WAFA.
En este sentido, ha aseverado que su deseo es "un estado palestino en Cisjordania y la Franja de Gaza con Jerusalén como capital y sin ningún israelí en él", en referencia a los colonos judíos que actualmente residen en Cisjordania.
Meshaal ha abogado por que Hamás y Al Fatá busquen un "entendimiento" sobre la vía a seguir para la consecución del estado palestino. "Elaboremos una nueva estrategia que fuerce a Netanyahu a retirarse de nuestra tierra y obligue a la comunidad internacional a apoyar nuestro derecho", ha defendido, asegurando que "no queremos declarar la guerra a nadie".
Sin embargo, el líder de Hamás, que reside exiliado en Damasco, ha expresado sus dudas de que Israel realmente quiera la paz con los palestinos. "Les hemos dado paz desde (la Conferencia de) Madrid hace 20 años hasta ahora, y digo que estamos dispuestos a llegar a un acuerdo entre nosotros los palestinos y con apoyo árabe para dar una oportunidad adicional" a la paz, ha señalado, citado por Reuters.
"Pero, queridos hermanos, dado que Israel no nos respeta, dado que Israel ha rechazado todas nuestras iniciativas y dado que Israel rechaza deliberadamente los derechos de los palestinos, a los miembros de Al Fatá al igual que a los miembros de Hamás (...) quiere los territorios, la seguridad y dice querer la paz", ha añadido.
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