lunes, 6 de julio de 2009

El titular de la ONU afirma que golpe en Honduras es inaceptable


Naciones Unidas, 6 jul (PL) el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, reafirmó hoy su rechazo el golpe militar en Honduras contra el presidente Manuel Zelaya, al declarar que "un cambio inconstitucional de poder es inaceptable".

Ban se refirió a la crisis creada por el golpe de Estado hace una semana en ese país centroamericano, durante un encuentro con la prensa luego de inaugurar en Ginebra una reunión del Consejo Económico y Social (ECOSOC) de la ONU.

"Cuando un líder ha sido elegido por medio de procesos legales, constitucionales, su autoridad y su mandato a la cabeza del país deben ser protegidos", destacó el diplomático surcoreano.

Las declaraciones de Ban sobre la situación en Honduras tienen lugar al día siguiente que los militares golpistas impidieron el regreso al país del presidente constitucional, Manuel Zelaya.

Por lo menos dos personas murieron y varias resultaron heridas cuando las fuerzas represivas cargaron contra miles de personas que se habían reunido en el aeropuerto para darle la bienvenida.

El Secretario General expresó su pena por las víctimas de esa represión y dijo que todos los ciudadanos deberían poder expresar sus opiniones libremente sin ser sujetos a amenazas o violencia física, según una versión que circula en esta sede de sus declaraciones a la prensa en Ginebra.

"Espero que la Organización de Estados Americanos (OEA) asuma en este momento el liderazgo necesario para encontrar una solución pacífica en este tema, por medio de la cual se pueda restaurar el orden constitucional", señaló.

De acuerdo con la máxima autoridad de la ONU, "no es aceptable un cambio inconstitucional de poder".

La Asamblea General de la ONU condenó la semana pasada de manera unanimidad el golpe de Estado en Honduras y sus 192 miembros decidieron no reconocer a ningún otro gobierno en Tegucigalpa que no sea el del presidente Zelaya.

Se agudiza crisis política en Honduras


TEGUCIGALPA (AP) — El Gobierno interino de Honduras mantenía el lunes cerrado el aeropuerto para impedir la llegada de Manuel Zelaya, mientras que seguidores y detractores del presidente depuesto anunciaban más movilizaciones callejeras.

Se desconoce cuáles actividades realizará durante las próximas horas Zelaya, un día después que las tropas impidieran su aterrizaje en Tegucigalpa, atravesando vehículos en la pista de aterrizaje. Las autoridades aeronáuticas cerraron el aeropuerto por 24 horas a partir del lunes a las 06:00 de la mañana locales.

Zelaya durmió la noche del domingo en Managua tras reunirse en San Salvador con el secretario general de la OEA José Miguel Insulza, el presidente de la Asamblea General de la ONU Miguel D'Escoto, y los presidentes de El Salvador, Ecuador, Argentina y Paraguay, quienes también habían partido horas antes desde Washington para acompañarlo en su intento de recobrar el poder.

Los seguidores de Zelaya anunciaron un cambio en su estrategia para protestar. "Nuestra decisión es seguir la movilización", dijo el lunes a AP Rafael Alegría, del Frente Nacional de Resistencia contra el golpe de Estado. "La lucha es que se vaya (el presidente interino Roberto) Micheletti y regrese Zelaya", afirmó.

Alegría afirmó que su grupo decidió realizar menos concentraciones callejeras en la capital y se han girado "instrucciones para que se hagan tomas de carreteras, bloqueo de transporte de combustible y mercaderías, y cierre de fronteras, entre otros".

Ante la advertencia de la continuación de las actividades callejeras, el canciller del Gobierno interino, Enrique Ortez, dijo el lunes a la radio colombiana Caracol que "la Constitución lo garantiza y si son manifestaciones pacíficas tienen el perfecto derecho de ser".

"Sólo hay una cosa que no es negociable, es el regreso del ex presidente Zelaya", afirmó.

Simpatizantes de Roberto Micheletti también comenzaron a concentrarse en diferentes sectores de la capital para continuar con las manifestaciones callejeras que en las últimas horas han dejado un muerto y más de 30 heridos.

Isis Obed Murillo Mencía, de 19 años, murió el domingo de un impacto de bala en la cabeza, cuando intentó saltar la cerca metálica del aeropuerto internacional. El gobierno ordenó investigar las circunstancias en que ocurrió el deceso.

La OEA suspendió a Honduras de sus filas la madrugada del domingo, después de que fracasaran los esfuerzos de Insulza de gestionar en Tegucigalpa la restitución de Zelaya.

Micheletti ha dicho que no existió un golpe de Estado sino una sucesión legal del poder que fue avalada por la Corte Suprema y el Congreso y renunció a la OEA.

Soldados expulsaron a Zelaya de Honduras el 28 de junio a punta de pistola, después que el presidente se negara a acatar un fallo de la Corte Suprema que consideró ilegal sus planes de realizar un referendo sobre la conformación de una asamblea que pudiera modificar la constitución. Luego, el congreso reemplazó a Zelaya con Micheletti.

La cancillería también emitió un comunicado el lunes en que informó que protestará ante Venezuela porque uno de sus aviones en que viajaba Zelaya violó el espacio aéreo hondureño. El director general de Aeronáutica Civil, Alfredo San Martín, dijo a AP que "no se tramitó ningún permiso para que el avión venezolano pudiera sobrevolara Honduras", añadió.

Contundente rechazo a la represión en Honduras


"Dejen de reprimir al pueblo", fueron las enfáticas palabras con las que el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, se dirigió a quienes lo expulsaron del país y al mundo entero durante una conferencia de prensa realizada en El Salvador, junto a mandatarios sudamericanos que viajaron en señal de apoyo,

"Me arriesgo personalmente a resolver los problemas sin violencia. No pierdan la esperanza, porque nunca la fuerza debe de ser el Norte de nuestra sociedad", añadió, tras lo cual agradeció la presencia de los mandatarios presentes "que han demostrado con su presencia el respeto por los derechos humanos".

De la conferencia conjunta brindada esta noche en la capital salvadoreña participaron, además de Zelaya, los presidentes de la Argentina, Cristina Fernández de Kirchner; de Ecuador, Rafael Correa; de Paraguay, Fernando Lugo; de El Salvador, Mauricio Funes; el secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, y el presidente de la asamblea general de las Naciones Unidas, el nicaragüense Miguel D'Escoto.

"Me siento honrado de estar en este país -dijo Zelaya-; los hechos que hoy se sumaron a la vergüenza de los hondureños siguen siendo de falta de respeto a los derechos humanos, que la humanidad abrazó durante siglos. No es posible que los actos de violencia los promueva el Estado. Me solidarizo con las familas que fueron sacrificadas en una marcha pacífica para recibir a un preesidente elegido por el pueblo. Una marcha reprimida a balazos, con golpes y disparos". "Ya hay una persona joven asesinada por un criminal", completó Zelaya.

"Fui violentamente sacado y no pude regresar a mi país, y los demás presidentes deben estar preocupados, porque en el siglo XXI nos negamos a aceptar que le ocurra esto a un presidente democrático en cualquier parte del mundo", dijo también el mandatario depuesto.

Funes, presidente anfitrión, había abierto la rueda de prensa exigiendo la "inmediata restitución" de Zelaya, y dijo que su gobierno no ha reconocido a quienes usurparon el poder en Honduras.
"Lo más importante es sentar un precedente, dejar atrás el pasado y exigir el respeto del orden constitucional", lo que implica "que el presidente Zelaya sea restituido".

A su turno, Insulza recordó que "la Asamblea General del organismo decidió suspender a Honduras" en virtud de haberse quebrado alí el orden constitucional. Y ratificó que el gobierno hondureño "negó el permiso de vuelo a Zelaya y a otros presidentes". "Estoy dispuesto a seguir adelante con las gestiones para conseguir nuestros objetivos, que seguirán siendo restablecer el orden democrático en el país".

En el mismo sentido se pronunció el titular de la asamblea general de las Naciones Unidas, Miguel D'Escoto, quien recordó que la ONU rechazó con firmeza el golpe, reclamó la restitución de Zelaya y consideró que se dio "un gran paso" hacia la restitución del orden democrático.c

Zelaya da batalla desde afuera para retornar Honduras


Por Enrique Andrés Pretel

TEGUCIGALPA, jul 6 (Reuters) - La tensión en Honduras crecía el lunes luego de que el gobierno interino impidiera el regreso al país del derrocado presidente Manuel Zelaya, ignorando la presión internacional y las sanciones tras un golpe de Estado que el domingo cobró su primera víctima mortal.

El enfrentamiento de los seguidores de Zelaya con las fuerzas de seguridad en el aeropuerto capitalino, cuando esperaban el retorno del mandatario, dejó un joven muerto por un disparo y 10 heridos, en el incidente más grave desde que el mandatario fue derrocado el 28 de junio.

El lunes, el canciller interino, Enrique Ortez, dijo que dos personas habían muerto, aunque la morgue de Tegucigalpa registraba sólo un fallecido.

"Llamo a las Fuerzas Armadas de Honduras a que bajen sus rifles", dijo la noche del domingo el depuesto líder hondureño desde El Salvador, adonde regresó luego de que las autoridades provisionales le prohibieran aterrizar en el aeropuerto de Toncontín, en Tegucigalpa.

Zelaya estuvo acompañado por los presidentes de Argentina, Cristina Fernández; de Ecuador, Rafael Correa; de Paraguay, Fernando Lugo, así como del presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Miguel D'Escoto y del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza.

Pero pese al apoyo internacional y la condena generalizada del golpe de Estado, Zelaya tendrá que continuar desde fuera su batalla para retornar al poder en tanto el Gobierno interino que encabeza Roberto Micheletti se niega rotundamente al diálogo sobre una eventual restitución del mandatario depuesto.

No estaba claro el lunes si Zelaya estaba en Nicaragua y si planeaba viajar a Washington, como señalaban algunas versiones periodísticas.

Zelaya fue secuestrado y expulsado del país por soldados a punta de pistola el 28 de junio, día para el que había convocado una consulta popular -declarada ilegal por un juez- que abriría su camino a la reelección.

El domingo, poco antes del anunciado aterrizaje de Zelaya en Tegucigalpa, militares que resguardaban el aeropuerto trataron de dispersar con gases lacrimógenos a la multitud que les arrojaba piedras y finalmente abrieron fuego contra un grupo de manifestantes que intentó romper la cerca de seguridad para invadir la pista.

DIALOGO SI, PERO NO SOBRE ZELAYA

El gobierno de Micheletti, quien asumió el poder horas después de la destitución forzada de Zelaya, se niega a negociar su restitución pese a la condena mundial y la suspensión del país en la OEA el sábado.

"Eso es innegociable", sentenció Ortez, reiterando una posición que deja la crisis política en la pequeña nación exportadora de café y textiles en un callejón sin salida.

Sin embargo, el lunes el embajador hondureño en Washington -designado por Zelaya pero que luego siguió con el nuevo Gobierno interino pese a que no es reconocido por Estados Unidos- dijo que se estaba integrando una misión diplomática para dialogar con la OEA sobre la crisis política en el país.

"Hay una expresión de voluntad política (de la OEA) de que a través de la apertura de un diálogo podamos avanzar para encontrar soluciones a esta situación", dijo el embajador, Roberto Flores, a la radioemisora local HRN.

Insulza dijo la noche del domingo que la OEA continuará con gestiones diplomáticas para restituir a Zelaya luego de que el organismo suspendiera a Honduras en castigo por lo que considera un ruptura con el sistema democrático.

Las autoridades del gobierno interino endurecieron además el toque de queda, que se adelantó a las 18.30 hora local (0030 GMT) y durante el cuál quedaron suspendidas ciertas garantías constitucionales, y mantiene silenciados algunos medios que critican el golpe.

Simpatizantes del depuesto presidente convocaron para el lunes a nuevas manifestaciones para exigir el regreso de Zelaya, quien tampoco está dispuesto a ceder pese a la oposición del Congreso, la Justicia y la Iglesia.

"Estamos intentando mantener la calma pero, después de lo que pasó hoy, cualquier cosa pudiera derramar el vaso. Ya hay un muerto y otros heridos y la prensa hondureña no lo quiere cubrir", dijo Erin Matute, quien participó en la protesta a favor de "Mel" Zelaya.

La nación sigue dividida entre los que respaldan a Zelaya por su discurso hacia los más pobres y los que lo ven como un peligroso populista que busca mantenerse en el poder como su aliado venezolano, Hugo Chávez.

La suspensión de Honduras en la OEA implicará sanciones económicas para Honduras y agudizaría los efectos de la crisis mundial en la golpeada economía del país, muy dependiente de los préstamos de organismos multilaterales y las remesas de los emigrantes.

Ejército frustra regreso de Zelaya a Honduras


TEGUCIGALPA (Agencias).— El derrocado mandatario de Honduras, Manuel Zelaya, fracasó ayer en su intento de regresar a su país en medio de amenazas del gobierno de facto de interceptar su aeronave y luego de que fuerzas de seguridad reprimieran a sus seguidores, causando al menos un muerto y varios heridos graves.

En los alrededores del aeropuerto de Toncontín, miles de simpatizantes del depuesto mandatario se enfrentaron con las fuerzas de seguridad, que dispararon gases lacrimógenos. Testigos escucharon detonaciones de armas de fuego, en el peor incidente desde que hace una semana los militares encabezaron un golpe de Estado contra Zelaya para frenar sus intentos por habilitar su reelección.

Jefry Barahona, vocero de la Cruz Roja, declaró que el fallecido es “un menor de edad y murió de un disparo”. Más tarde fue identificado como Isis Obed Murillo, de 19 años. Después del enfrentamiento, el gobierno de facto decidió adelantar tres horas el toque de queda que aplica desde que estalló el golpe de Estado y ahora correrá desde las 19:00 hasta las 5:00, hora local.

La torre de control del aeropuerto internacional de Tegucigalpa le negó el permiso para aterrizar a la nave venezolana que trasladó a Zelaya desde Washington cuando estaba cerca de la terminal, argumentando que la pista sólo estaba abierta a aviones militares y amenazó con interceptarla. Poco después, el aparato partió con rumbo a Managua, donde se reabasteció y de inmediato partió hacia El Salvador.
Tenían órdenes de captura

Adolfo Lionel Sevilla, ministro de Defensa del gobierno de Roberto Micheletti, dijo a la radio Cadena de Noticias que “dejar entrar a Zelaya causaría graves problemas al país, por eso se le impidió hacerlo. La policía tiene órdenes de capturarlo. Si hubiera aterrizado, ya estaría preso”.

En declaraciones a la cadena venezolana Telesur, Zelaya pidió a Estados Unidos que intervenga en la crisis política que sacude a su país y que imponga sanciones al gobierno de facto. “Creo que a partir de mañana la responsabilidad de esto también recae sobre las potencias, especialmente sobre Estados Unidos, que teniendo una fuerza tan grande... debe tomar acciones”, dijo.

Tras aterrizar en El Salvador, Zelaya se reunió con los mandatarios de ese país, Mauricio Funes; de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner; de Ecuador, Rafael Correa, y de Paraguay, Fernando Lugo, así como con el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.

En conferencia de prensa, en San Salvador, Zelaya calificó de “criminal” la represión al pueblo hondureño y dijo que los “criminales no pueden gobernar” y que sus crímenes “no quedarán impunes”. Llamó al Ejército y a la policía a “cesar la represión al pueblo”.

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, afirmó por su parte que el mandatario depuesto obtuvo una “victoria moral”, pese a que no pudo aterrizar en Tegucigalpa. Chávez advirtió que “las oligarquías” del continente “preparan nuevas ofensivas” militares adicionales a la de Honduras, pero que los soldados y sus pueblos no permitirán que tengan éxito.

Acusan a Nicaragua de mover tropas

Roberto Micheletti denunció que la vecina Nicaragua, aliada de Zelaya y de Chávez, estaba enviando tropas a la frontera para presionar al gobierno provisional, y advirtió que no crucen la línea limítrofe porque estaban dispuestos a defenderse, pero de inmediato el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, declaró que “eso es totalmente falso”.

El gobierno de Micheletti también anunció que envió una nota diplomática a la OEA para poder “dialogar y buscar una salida negociada a la crisis”.

En la víspera la OEA suspendió a Honduras de sus filas después de que fracasaron los esfuerzos del secretario general de la organización de gestionar en Tegucigalpa el viernes la restitución de Zelaya.


Oxfam dice que 3 millones de personas pueden morir en África si G-8 no actúa

La organización no gubernamental Oxfam advirtió hoy de que más de tres millones de personas de las zonas más pobres del planeta podrían morir si el "Grupo de los 8" (G-8), que se reúne esta semana en Italia, no aumenta las ayudas destinadas a los países menos desarrollados.

En un comunicado difundido hoy en Londres, la ONG reclama a las ocho mayores economías del mundo que asuman este desafío y protejan con especial énfasis al África subsahariana, que se enfrenta al mismo tiempo a tres crisis: la económica, la alimentaria y la derivada del cambio climático.

En concreto, Oxfam estima que esta zona perderá cerca de 245.000 millones de dólares (unos 176.100 millones de euros) sólo en 2009 como resultado de la reducción de su nivel de crecimiento hasta el 1 por ciento, desde el 6,7 por ciento previsto anteriormente.

Sin embargo, la ayuda humanitaria extraordinaria que los países industrializados inyectarán en el continente ascenderá a 5.000 millones de dólares (3.593 millones de euros), una cantidad "claramente insuficiente" para compensar ese "agujero negro".

En este sentido, el asesor político de la ONG, Max Lawson, considera que, con estas cifras en la mano, "es hora de que el G-8 busque seriamente un plan de ayuda concreto para proteger a estos países".

Sin embargo, Lawson censura que el presidente italiano y anfitrión de la cumbre, Silvio Berlusconi, haya propuesto un nuevo sistema para contabilizar las ayudas que cada Estado destina a los países subdesarrollados, que incluye las aportaciones de las ONG y los filántropos nacionales.

Para Oxfam, esta reforma trata de encubrir la reducción en la práctica de la ayuda humanitaria asignada por los Estados.

Según los datos que baraja la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), estos ocho países "han fracasado" en el compromiso adquirido en 2005, en el que acordaron que la ayuda humanitaria aumentaría llegaría a los 50.000 millones de dólares anuales (35.937 millones de euros) en 2010.

Y es que, a falta de un año para que se cumpla el plazo, los miembros del G-8 deben todavía 23.000 millones de dólares (16.531 millones de euros), una cantidad que podría financiar el tratamiento contra el sida para medio millón de personas y podría proporcionar cuidado médico a cerca de 3 millones de mujeres y niños, señala Oxfam.

"La crisis económica está provocando recortes en los servicios de salud en África -asevera Lawson- y la crisis alimentaria está arrojando a 200 millones de personas a la inanición, al tiempo que los efectos del cambio climático están destruyendo los hogares de miles de personas cada día".

Ante esta situación, Oxfam reclama una acción urgente de los líderes del G-8 y les advierte de que "puede que no haya segundas oportunidades para salvar a estos 3 millones de personas".